jueves, 22 de agosto de 2013

El espíritu suma

Eduardo Alvarado


De seguro alguien pensará rápidamente si el ente que hago mención estudió matemáticas con jocosidad si además alguien escuchara tal cosa, pero al trasladar esta frase al fútbol toma un giro común porque quién no ha visto un jugador besar un rosario, un crucifijo, persignarse al arranque del encuentro, al ingresar o dejar el rectángulo de juego donde dejas el esfuerzo hecho durante la semana a nivel personal.

Pero cuando el conglomerado de personas que llegan a un club a inicio de temporada con diferentes ideas, credos, etnias, estatura, etc. es un universo nuevo y complejo difícil al principio pero amigable durante la convivencia diaria, llega a intimar tanto que se transforma en casi tu familia donde departes y compartes alegría, angustia, valor, tristeza y FE .

Es esa la última la que fortalece a la familia en mención donde los jugadores de experiencia dan ejemplo a los noveles juveniles de humildad, consejos, abajo y confianza.
En ese círculo de rodillas todos ante los ojos del creador, dios, jehová, padre celestial, etc. como el mortal quiera llamarlo simboliza: unión, compromiso, sacrificio, lealtad e igualdad ante el señor del cielo como testigo del grupo de hermanos del fútbol  Significando bendiciones tras los logros deportivos paso a paso conseguidos  por las plegarias antes dadas durante horas, días, meses, entrenamientos, concentraciones, viajes pero al final de la temporada regular con un rendimiento óptimo la satisfacción de la ilusión realizada el deber cumplido de que se dio el todo por todos y para todos.

¿Entonces el espíritu suma o no en el mundo del rey de los deportes?

Ahí es donde usted tiene la palabra amigo del fútbol…. 


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